sábado, enero 24, 2009

Pon una estrella en tu vida

Hoy es uno de esos días que te apetece levantarte y dedicarte por completo a ti misma. Te lavas el pelo con mimo, no como el resto de días que te lo lavas como si fuesen un muñeco viejo. Te lo secas al viento y te lo peinas con el secador. No como el resto de días, que la coleta de caballo pasa a ser el mayor recurso par ir a trabajar. Y tengo tiempo para echarme cremas, pintarme las uñas o cambiar un poco los colores habituales de mis sombras de ojos. Los fines de semana son para echar mano de los morados, los rosas o los azules. Y así combinarlo con pantalones bombacho, bermudas o vestidos de encaje. Cosas que no me pondría el resto de días, porque el trabajo oficial requiere que mi vena artística se quede a un lado.
Y esto no es una clase de moda. Sigamos como mi día. A por él.
El caso es que es de esos días en los que vienen mis mejores amigas. Y aparte de prepararme para estar guapa para ellas. Esto es un concepto que merece estudiar. Solemos prepararnos para los novios, pero no para las amigas. Yo aprendí hace mucho que craso error. Que tus amigas son quienes te verán en los momento buenos y malos, así que ponte guapa para ellas.
El caso es que ayer compré unas cosillas en esos super de gourmet. No me importa la etiqueta del precio cuando se trata de ellas. Y me he puesto a hacer unas recetas de Adriá. De esas de autor. Me encanta cocinar en mis ratos libres. Es una de esas cosas que tampoco suelo hacer entre diario, y que me encanta hacer entre semana.
Y me he asegurado de que todo esté perfecto, las velas favoritas de mis amigas, los colores, las toallas...todo perfecto para ellas.
Hoy vendrán dos de mis mejores amiga. Estrella y Sol. Son dos personas que me iluminan de noche y de día. Y precisamente antes de que vengan a cenar esta noche, estaba habland con Estrella sobre ese tipo de amigos que resultan ser la cruz de la moneda. Y me he dado cuenta, más cuenta, mucha más cuenta aún, de que Estrella siempre me comprende. No es como Pat, que sólo sirve para echar risas. No es como Edu, que va a su bola.
Estrella es esa clase de amiga que todos debiéramos tener. Es dulce, sabe escuchar, discute cuando estoy calmada, dice las cosas a las claras, y me apoya. Y sabe cuando me enamoro de un chico. Ella fue la primera en darse cuenta de lo mío con B. En teoría todos decían que éramos muy diferentes. Y me animó a seguir. Y ahora me anima a seguir sin él.
Otro día hablaré de Sol, que también es de lo mejor de mi vida. Pero eso será otro día, que tengo que seguir con el ágape. Que esta noche de marujeo y amistad no lo cambio ni por la Casa Blanca. Nos vemos.
***Un hermano puede no ser un amigo, pero un amigo será siempre un hermano (Benjamin Franklin).***

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