jueves, marzo 12, 2009

Café amargo, café dulce

Ayer fue día de salida, me adelanté al jueves, porque necesitaba desconectar de todo, y la verdad es que la cosa no pintaba bien, porque nadie quería salir. El caso es que entre excusas con la crisis, problemas sentimentales y que la gente se está volviendo un muermo, decidí darme una vuelta por el centro, esperando a ver si el resto daba el paso a salir. Me metí en starbucks y me acabé dejando convencer para probar un café de no se qué país que decían que estaba súper bueno. El caso es que no me gustó, y ahí se me empezó a amargar la tarde, porque joder, encima de que nadie quiere salir, me sacan un un riñón por algo que me ponía de mala leche. Total, que me puse a mirar unas cosillas en el mac, y de repente me di cuenta de que un tío que estaba sentado justo enfrente me sonreía. La verdad es que yo suelo poner mala cara y seguir a lo mío, lo que se dice ser una borde. Pero ayer estaba aburrida y quería que mi tarde-noche sirviese de algo. Total que le sonreí. Pasamos así un rato, hasta que de repente el tío se levantó en dirección a mí. Yo estaba pensando que se iba a sentar. Y de repente, me deja un papel en la mesa, me guiñá un ojo y se va.
Me quedé como un palo, plantada en el sofá. Menos mal que no se me ocurrió quitar el bolso o levantarme para dejarle sentarse, porque si no el ridículo hubiese sido antológico. Al final decidí irme a casa, con cierto odio-guión-indignación hacia mis amigos aburridos, y me puse a pasar una tarde-noche sólo para mí, de esas de arreglarse, hacer cosas que tenía pendientes y demás. El caso es que toda la noche estuve pensando en la tarjeta que me dejó el tío este con su teléfono. Me dejó sorprendida, porque yo no suelo llamar a un chico. Me pareció muy misterioso y eso me llama la atención, pero de ahí a llamarle...no sé, no sé. A ver si el jueves si es mi noche...

***La mujer es como una buena taza de café: la primera vez que se toma, no deja dormir. (Alejandro Dumas) ***

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