¿Se puede tener más suerte que yo? Me he tenido que volver de la China (hace unos dís de hecho) porque me he puesto a morir. Yo no sé si sería el agua, la comida, el clima (ríete de la contaminación de España) o una mezcla de todo. El caso es que no llevaba ni una semana cuando mi cabeza empezó a dar vueltas. No había probado ningún alucinógeno ni droga (que yo sepa), pero iba a las reuniones como si fuese un espantapájaros. Me trababa en inglés (cosa que jamás sucedió antes), me costaba andar encima de unos tacones (ahí ya empecé a preocuparme) y no me apetecía salir de la cama (y no era por placer, ¡qué más quisiera yo!).
El caso es que a este episodio le siguió un enorme malestar general. Total, que sonará a coña, pero tras eso me puse tan mala que directa a un hospital chino. Mi empresa quería mandarme a no sé qué sitio privado de Singapur (o igual era otro sitio, ni lo recuero). Mi fiebre no remitía, mi estómago ardía...Total que me acojoné tanto que pedí venirme a España.
Después de comprobar que no era contagiosa, me dejaron volver al cabo de casi una semana. Y llegó aquí, y, sorpresa, una gastroenteritis era lo que me estaba dejando en la cuneta. Sí, algo tan simple y llego aquí y me curan enseguida. Aún me encuentro débil, pero el susto ya ha ido fuera. Me marcho a Londres en unos días, no pienso comer nada que me suene raro, y espero poder contar con detalles el concierto de Britney (también me afectó a la cabeza ;) ).
Pues eso, mi viaje a China puede resumirse como algo así con 'con la suerte en los tacones'.
pasando para saludarte de paso invitarte a que te des una vuelta por mi blog
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